Hola legionarios, aquí estamos de vuelta ya después de unas vacaciones en las que hemos visto muchas curiosidades fuera de nuestra fronteras que quiero compartir con vosotros, seguidores acérrimos de Legio IX Wargames. En concreto, hemos visitado Alsacia y Lorena, una zona al noreste de francia, llena de pueblos que parecen sacados del mundo Warhammer Fantasy, y la Selva Negra (Alemania), con sus oscuros bosques de pinos que cuando paseas por ellos apenas entra luz solar de lo juntos que están, siniestros, pero muy bonitos. Mientras descubría cada uno estos parajes mi imaginación volaba y me veía luchando contra hombres bestias salidos del bosque o contra orcos en los bosques franceses, menos densos que la Selva Negra pero a la vez muy espectaculares. Es una zona del mundo que a los más frikis como nosotros nos dispara la imaginación.
También vimos la Games Workshop en Estrasburgo (capital de esta región de Francia). Nos topamos con ella de casualidad, paseando por sus calles warhammeras y sus canales. Es una ciudad que me recuerda en algunas partes a Warhammer Fantasy, concretamente a la ciudad imperial de Aldorf y un poco a Estalia, por eso de sus canales. Fue en una de esas pequeñas callejuelas donde vimos la tienda, no obstante estaba cerrada y eso que era lunes. Es que los horarios comerciales en Francia son de chiste: a las 6 de la tarde está todo cerrado, y comen de 12:30 a 14:30, como te descuides y vayas más tarde de esa hora ya no comes, porque sencillamente ya no te hacen nada para comer.
Escenarios de la Primera Guerra Mundial
Dejando a un lado esas curiosidades gastronómicas, lo cierto es que además de lo que he mencionado, visitamos dos zonas que descubrí por casualidad estando ya allí en un par de folletos. Una es un conjunto de trincheras y fortificaciones de la 1ª Guerra Mundial escondida en la cordillera francesa del Vosgo o macizo del Vosgo y que como veréis en las fotos es bastante impactante, y la segunda es el Fuerte de Mutzig, una reliquia arquitectónica militar de la era de la Guerra Franco-Prusiana y principios de la 1ª Guerra Mundial.
Sistema de alambradas de la 1ª Guerra Mundial en trincheras
Una curiosidad que descrubí en el primer paseo, es que en aquella época los primeros en utilizar nuevas tecnologías armamenísticas fueron los ejércitos alemanes. Un ejemplo de ello es el lanzallamas, usado por las tropas alemanas en la 1ª Guerra Mundial para limpiar las trincheras francesas de enemigos, los mortales combates con gas etc.
Trinchera
Todo esto lo íbamos leyendo en carteles explicativos o nos lo contaban en la visita guiada al Fuerte Mutzig, que fue en francés, y aunque mi francés está oxidadillo sí me pude enterar de cosillas. En términos generales la Primera Guerra Mundial fue una guerra sucia, donde una de sus características era ver qué nueva arma de destrucción más bestia inventaban los distintos bandos contendientes para usarla unos contra los otros, dejando finalmente montañas de muertos. Como en la batalla que aconteció en estas trincheras del Vosgo, en la que se enfrentaron 30.000 hombres entre fuerzas francesas y alemanas y apenas quedó alguno vivo, y viendo las tretas, armas y las condiciones de vida tan lamentables en las que vivían, no quiero ni pensar en la carnicería que pudo haber allí.
Alambradas
Tipos de alambradas
Observando el lugar me quedé con la copla de los tipos de alambrada que fabricaban para impedir los asaltos a las trincheras, las formas de los búnker anti-bombas, el óxido que contentían y muchos otros detalles que me ayudarán a fabricar escenografia para los juegos de mesa de la tienda Legio IX Majadahonda.
La segunda visita que hicimos fue al Fuerte de Mutzig una imponente construccion fortificada construída bajo tierra, repleta de búnkeres, pasillos claustrofóbicos y todo lo necesario para aguantar una guerra. ¡Es impresionante!, la construyeron los alemanes en 1893 por orden del kaiser Willhem II. En la visita sólo ves una mínima parte, ya que el conjunto total de la edificación consta de ocho posiciones defensivas a lo largo de una cadena de colinas con vistas al Rhin y a los Vosgos, y de las cuales la que vimos es la más grande.
Exterior del Fuerte de Mutzig
La visita a esta mega estructura dura dos horas largas y la guía que iba explicándonos todo lo que íbamos viendo hablaba en francés (había visitas en alemán o en inglés si había gente suficiente, así que no tuvimos más remedio que escoger el idioma del país). Yo me quedé con cosillas que mi francés oxidadillo me permitía pillar, como por ejemplo que esta construcción una vez terminada apenas se usó en casi ninguna de las dos Guerras Mundiales, y digo casi porque las tropas invasoras o las ocupantes lo que hacían era llegar, conquistar y seguir hacia delante dejando atrás una mínima fuerza para protegerla dejándola prácticamente en el olvido. Su finalidad al construirla fue principalmente disuasoria y proteger Estrasburgo.
Interior del fuerte. Pasillo con la forma de la bóveda de una iglesia para evitar las presiones laterales de los bombardeos
Estuvimos casi dos horas y media bajo tierra viendo las diferentes habitaciones, salas de máquinas, cocinas, dormitorios de las tropas y oficiales o la panaderia. Disponían hasta de una zona donde ellos mismos hacían el pan con un enorme horno de hierro macizo que en principio iba a ser destinado a un barco de guerra alemán, al Bismark, para ser más exactos, y que al final se llevó allí. Vimos nidos de ametralladoras, cañones defensivos de 105 mm…, en fin una visita espectacular que mereció la pena y todo en perfectas condiciones.
Somieres donde dormían los soldados
Para la construcción del Fuerte de Mutzig, se utilizó hormigón armado, siendo los ingenieros alemanes los primeros que introdujeron este tipo material de construcción. Tiene capacidad para albergar hasta 7000 hombres y posee 22 torretas blindadas, así como un espectacular número de trincheras alrededor para su defensa en caso de ataque. Se considera la fortificacion más grande de Europa y fue la primera que introdujo electricidad.
La verdasd es que el Fuerte en sí tiene mucha historia, y si os queréis documentar bien os recomiendo buscar información sobre él en los internetes.
Castillos de Warhammer
Otra parte del viaje fue la de los chateau (castillos en francés). Aquella zona está plagadita de castillos, ya que en la Edad Media parece ser que la zona de Alsacia y Lorena era parte de una gran ruta comercial Europea. Las construcciones de estos castillos no son como las que estamos acostrumbrados a ver normalmente son, como decirlo, muy de Warhammer, edificaciones defensivas muy, muy blindadas y en sitios de muy difícil acceso. Suele tratarse de castillos enclavadaos en lo alto de las montañas, construidos en la misma roca y con formas sacadas de cuentos de fantasía. Los hay pequeños, grandes, medianos, de solo una torre o varias, el problema es que muchos de ellos se encuentran en ruinas o su acceso es complicado.
Nosotros vimos cuatro de esos castillos que había cerca de donde estábamos alojados. El primero fue el castillo de Haut-Koenigsbourg, una pedazo de fortificación de la que se puede ver su interior y exterior completos ya que se encuentra totalmente reformado y es verdaderamente impresionante.
Los otros tres castillos no eran tan grandes como el primero y no estaban reformados, no obstante los podemos apreciar tal cual quedaron aguantado el paso de siglos y siglos. En algunos casos su acceso es un poquillo complicado y hay que recorrer largas sendas por el interior de los bosques de los Vosgos, con un paisaje que hace disparar la imaginación de caulquier fiki como yo, al final merece la pena verlos.
Para terminar, sólo a modo de conclusión, deciros que como podéis ver que el viajar sirve para conocer cosas chulas que en algún momento nos pueden venir bien para nuestras historias wargameras, bien para obtener ideas para crear escenografía en nuestras partidas de wargames, bien para inspirirnos, poner en marcha nuestra imaginación y así poder emplearla en nuestro hobby.